O como se conoce en inglés «ShrinkFlation».
Es cuando las fábricas comienzan a producir los mismos productos pero en cajas o bolsas más pequeñas, para evitar el tener que subir el valor de los mismos productos en épocas de alta inflación como la que estamos viviendo.
Basado en el comportamiento del comprador, este es más eficiente en notar el aumento en el valor del producto que la disminución del tamaño del mismo. Así es como los productores pasan el mayor costo del bien a los consumidores sin que sea tan notable el aumento.
Este fenómeno ya se comienza a notar desde la papitas con limón, hasta la salsa de tómate, lo vemos en la crema dental, hasta en el café instantáneo.
Mucho de esto, tiene su base en varios factores que han puesto presión en el valor de los productos básicos: LA PANDEMIA que frenó la producción.
Luego vino la flexibilización de la población, lo que llevó a que los niveles de consumo se dispararan, pero los productores no lograron reactivar las industrias a la velocidad requerida por el consumidor, lo que creó desabastecimiento e incrementó los costos.
Otro factor importante ha sido la guerra en Ucrania, que disparó los valores de materia prima para la producción de energía, entre otros.
¿Has notado tus productos cada vez más pequeños?
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