Motivar a los empleados debería ser fácil. Y lo es, en teoría, pero si bien el concepto de motivación puede ser sencillo, motivar a los empleados en situaciones de la vida real es mucho más complejo.
Como líderes, debemos preguntarnos y comprender “¿qué motiva a cada individuo de nuestro equipo?”. Qué pregunta tan difícil (a veces), particularmente aquellos con equipos dispersos y sobre todo cuando ya estás abrumado con tus propias cargas de trabajo.
¿Qué sugiero? Un nuevo diálogo que adopte el concepto clave de que la motivación no se trata tanto en que los empleados hagan un gran trabajo, es más que los empleados se sientan bien con su trabajo. Cuanto mejor se sientan los empleados con respecto a su trabajo, más motivados estarán a largo plazo.
No existe una motivación más importante para los empleados que la comprensión de que su trabajo es importante y relevante para alguien o algo más que un resultado financiero.
Para motivar a nuestros empleados, comencemos compartiendo el contexto sobre el trabajo que se les pide que deben hacer. ¿Qué estamos haciendo como organización y como equipo?
¿Por qué lo estamos haciendo?
¿Quién se beneficia de nuestro trabajo y cómo?
¿Cómo se ve el éxito para nuestro equipo y para cada empleado?
¿Qué papel juega cada empleado en el cumplimiento de esa promesa?
Los empleados se motivan cuando su trabajo tiene relevancia.
¡Reconozcamos las contribuciones y demostremos agradecimiento!
Los líderes subestimamos constantemente el poder del reconocimiento para hacer surgir los mejores esfuerzos de los empleados.
Seamos proactivos en la identificación y resolución de problemas para nuestros empleados. Reconozcamos las contribuciones de ellos de manera específica y significativa constantemente.
